¿Cuál es su origen?
El origen del pepino ocurrió en las regiones tropicales del sur de Asia. Se ha cultivado en la India desde hace aproximadamente 3000 años. La primera mención literaria que se hace del pepino se encuentra en el cuarto texto más antiguo de la India, el Atharva-veda. Dicho texto es de principios del milenio I antes de nuestra era.
De la India pasó a Egipto, donde fue uno de los alimentos preferidos por los faraones. Su consumo se trasladó a Grecia mediante las rutas comerciales existentes cuando los griegos eran el centro del mundo antiguo. Se cree que los griegos lo conocían como sikuos y que constituía una parte importante de la gastronomía de la época.
Sin embargo, la cucurbitácea conocida como sikuos podría haber sido en realidad algo distinto al pepino, aunque de mucho parecido. Con los posteriores movimientos humanos el pepino fue extendiéndose por el mundo. Cuando la Antigua Grecia fue conquistada por el gran poder de Roma el cultivo del pepino se extendió por el resto de Europa.
¿Cuales son sus características?
El pepino es el nombre que recibe una planta herbácea anual denominada Cucumis sativus, aunque vulgarmente se la conoce con el mismo nombre de su fruto. Pertenece a la familia de las cucurbitáceas, por lo que guarda una estrecha relación de parentesco con el zapallo, el zapallito, la sandía y otras similares. El pepino es un fruto comestible pero que cuenta con importantes aplicaciones en cosmetología y medicina. Esta planta es originaria de la India y sus propiedades y consumo se remontan a 3.000 años atrás.
Es una planta del tipo herbácea y anual. Su tallo se caracteriza por ser rastrero, es decir que va extendiéndose por el suelo y por medio de sus zarcillos tiene la capacidad de trepar. Además, es bastante ramificado y anguloso.
Con hojas delgadas, posee un pecíolo de 8 centímetros, un limbo de 18 centímetros por 12 centímetros. Las hojas presentan pilosidades en ambas caras. El contorno posee lóbulos triangulares, dentados y acuminados en el ápice.
El pepino es una planta monoica por lo que cuenta con flores masculinas y femeninas en la misma planta. Las flores femeninas son solitarias, aunque a veces se presentan fasciculadas. El ovario es de placentación axial y fusiforme, cubierto de pelos y dilatado en la base. Por su parte, las flores masculinas poseen 3 estambres fasciculados. La corola mide entre 2 y 3 centímetros.
La parte más conocida de esta planta es su fruto, conocido como pepino. Su tamaño es variable, su forma, generalmente es oblonga y cilíndrica. Su color es verde intenso cuando aún está inmaduro. Es carnoso y con abundante jugo por dentro, su color es blanquecino, al igual que sus delicadas semillas. Para su consumo, el pepino se recolecta cuando está verde. Se puede comer crudo o en forma de encurtido, muy popular en algunos países.
La planta de pepino posee una vida que va de los 4 a los 5 meses. A partir del segundo mes comienza a dar sus frutos hasta que la planta se seca completamente. Esta es una característica común a todas las cucurbitáceas.
Por tratarse de una planta rastrera, en algunos cultivares se suelen colocar guías para que la planta trepe y ocupe menos espacio. De esta manera, además, los frutos estarán con menor contacto con la tierra, evitando el daño.
El pepino necesita de suelos con abundante compost o estiércol que ayuden a su desarrollo. También es importante que la tierra disponga de un buen drenaje, ya que los encharcamientos dañar a la planta y al desarrollo de sus frutos.
El pepino se planta en primavera y puede realizarse tanto de forma directa en la tierra como en almácigos. A las 8 semanas de sembradas nuestras plantas, podrá comenzar la recolección de los frutos. Las primeras semanas, cuando comienzan a aparecer las plantas es conveniente protegerlas de las heladas tardías.
El pepino es una planta que requiere de abundante exposición al sol. Al menos 6 horas diarias debe recibir sol a pleno.
Durante toda su vida útil, tanto en su período de crecimiento como en su etapa de floración, el pepino necesita de mucha humedad, por lo que es conveniente mantener el suelo permanentemente húmedo, mediante el riego. La precaución es evitar que sus raíces tengan un contacto prolongado con el agua. De allí la importancia de un buen drenaje del suelo.
Los frutos, que comienzan a aparecer a partir de la octava semana, se recolectan aún verdes y cuando han alcanzado el tamaño adecuado.
¿Cómo y Cuándo se cultivan?
El pepino se siembra habitualmente en primavera, en torno al mes de abril. Sin embargo, si vives en una zona de clima fresco puedes esperar hasta bien entrado junio para evitarte el riesgo de bajas temperaturas o heladas que podrían matar la planta. Del mismo modo, en climas muy cálidos podremos plantarlos antes, incluso al final del invierno si los siembras en semillero.
Además, hay quien recomienda hacer dos siembras espaciadas por unas 4 o 6 semanas, para así poder disfrutar durante más tiempo de la cosecha.
- Lo primero es preparar el sustrato del semillero. Para esto, puedes comprar en cualquier local especializado sustrato especial para semilleros, o fabricarte uno tú mismo con una mezcla de tierra con humus, perlita y fibra de coco.
- Con las semillas de pepino ocurre lo mismo que con el sustrato: puedes comprarlas, o usar las de cosechas de años anteriores. Humedece el sustrato antes de empezar, y planta entre dos y tres semillas por semillero, a no más de 2 centímetros de profundidad.
- Una vez plantadas, procura mantener el semillero en una zona con luz natural para que las plántulas no se ahílen, es decir que crezcan débiles por falta de luz, y no encharques el sustrato al regar o podrían aparecer hongos. En aproximadamente una semana deberías ver germinar tus semillas, y otras tres semanas después estarán listas para ser trasplantadas.
- Pasado el mes desde la siembra de los pepinos en semillero, sus plántulas deben ser trasplantadas a su ubicación definitiva en exterior o maceta. Si las plantas en suelo, respeta una distancia mínima de 40 centímetros entre cada planta.
¿Cómo se cuida?
- Clima: El pepino es poco exigente con la temperatura, aunque la oscilación de la misma incide sobre su producción. Requiere de mucha humedad, alrededor del 70%, aunque si es excesiva, la condensación de agua puede dar pie a enfermedades.
- Suelo: Puedes cultivar pepino en cualquier tipo de suelo pero aún así, requiere de unos mínimos cuidados con un buen sistema de drenaje y suficiente materia orgánica. Elige un fertilizante que te ayude a proporcionar los nutrientes que necesita el pepino.
- Abonado: En el caso del pepino, el abono debe ser carbónico. Necesita una aportación extra de CO2 que compense lo que consumen sus plantas, de esta manera puedes garantizar una buena producción. De la cantidad de CO2 en la zona de cultivo, que normalmente es un invernadero, depende la calidad del fruto.
- Riego: El riego en el pepino se realiza mediante el sistema de riego por goteo. Puedes elegir un programador de riego que te ayude a establecer el regadío adecuado a la hortaliza.
¿Cómo se consume?
El pepino se consume sobre todo crudo en ensalada y resulta muy refrescante.
Los ejemplares jóvenes pueden consumirse con piel para mantener todo su contenido en fibra y vitaminas, sin embargo, es aconsejable pelarlos para facilitar su digestión.
Lo más adecuado es consumir el pepino crudo y al natural, bien lavado y sin cáscara, aunque también puede acompañarse de limón o yogur, pero sin sal o con muy poca cantidad para no reducir su acción depurativa y diurética.
Es un ingrediente fundamental en la elaboración del gazpacho y el salmorejo, platos típicos de Andalucía.
El pepino también admite otras preparaciones culinarias; se puede servir gratinado con una salsa bechamel o relleno con carne o marisco.
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