¿Cuál es su origen?
El origen del calabacín no está del todo claro, por una parte parece ser que procede de Asia. Su nombre aparece entre las hortalizas citadas por egipcios y existen pruebas de que también eran conocidos por los romanos.
Otras fuentes atribuyen su origen a la América precolombina, concretamente en la zona de México; siendo una de las especies que introdujeron los españoles en Europa, durante la época del descubrimiento.
Dentro de la especie Cucurbita pepo se distinguen dos subespecies, la subsp. ovifera y la subsp. pepo, el calabacín pertenece a esta última. El grupo de los calabacines fue seleccionado a partir del tipo “cocozelle” en el sur de Europa, extendiéndose posteriormente a todas las regiones templadas del mundo
¿Cuáles son sus características?
-Familia: Cucurbitaceae.
-Especie: Cucúrbita pepo L. subsp. pepo. Esta especie comprende dos variedades botánicas: var. condesa y var. ovifera, siendo la primera a la que pertenecen los calabacines y la segunda con destino ornamental.
-Planta: anual, de crecimiento indeterminado y porte rastrero.
-Sistema radicular: constituido por una raíz principal axonomorfa, que alcanza un gran desarrollo en relación con las raíces secundarias, las cuales se extienden superficialmente. Pueden aparecer raíces adventicias en los entrenudos de los tallos cuando se ponen en contacto con tierra húmeda.
-Tallo principal: sobre éste se desarrollan tallos secundarios que llegan a atrofiarse si no se realiza una poda para que ramifique a dos o más brazos. Presenta un crecimiento en forma sinuosa, pudiendo alcanzar un metro o más de longitud, dependiendo de la variedad comercial. Es cilíndrico, grueso, de superficie pelosa y áspero al tacto. Posee entrenudos cortos, de los que parten las hojas, flores, frutos y numerosos zarcillos. Estos últimos son delgados, de 10-20 centímetros de longitud y nacen junto al pedúnculo del fruto.
-Hoja: palmeada, de limbo grande con 5 lóbulos pronunciados de margen dentado. El haz es glabro y el envés áspero y está recubierto de fuertes pelos cortos y puntiagudos a lo largo de las nerviaciones. Los nervios principales parten de la base de la hoja y se dirigen a cada lóbulo subdividiéndose hacia los extremos. El color de las hojas oscila entre el verde claro y oscuro, dependiendo de la variedad, presentando en ocasiones pequeñas manchas blanquecinas. Las hojas están sostenidas por pecíolos fuertes y alargados, recubiertos con fuertes pelos rígidos.
-Flor: la floración es monoica, por lo que en una misma planta coexisten flores masculinas y femeninas. Son solitarias, vistosas, axilares, grandes y acampanadas. El cáliz es zigomorfo (presenta un solo plano de simetría) y consta de 5 sépalos verdes y puntiagudos. La corola es actinomorfa y está constituida por cinco pétalos de color amarillo. La flor femenina se une al tallo por un corto y grueso pedúnculo de sección irregular pentagonal o hexagonal, mientras que en las flores masculinas (de mayor tamaño) dicho pedúnculo puede alcanzar una longitud de hasta 40 centímetros. El ovario de las flores femeninas es ínfero, tricarpelar, trilocular y alargado. Los estilos, en número de tres, están soldados en su base y son libres a la altura de su inserción con el estigma, este último dividido en 2 partes. Las flores masculinas poseen tres estambres soldados.
-Fruto: pepónide carnoso, uniocular, sin cavidad central, de color variable, liso, estriado, reticulado, etc. Se recolecta aproximadamente cuando se encuentra a mitad de su desarrollo; el fruto maduro contiene numerosas semillas y no es comercializable debido a la dureza del epicarpio y a su gran volumen. Las semillas son de color blanco-amarillento, oval, alargadas, puntiagudas, lisas, con un surco longitudinal paralelo al borde exterior, longitud de 1,5 centímetros, anchura de 0,6-0,7 centímetros y grosor de 0,1-0,2 centímetros.
¿Cómo y cuándo se planta un calabacín?
Se puede cultivar en primavera.
Limpiar el terreno:
Extrae malas hierbas y restos de cultivos anteriores y todo tipo de residuos para garantizar que tus calabacines reciban la cantidad de nutrientes adecuada.
Todas las plantas deben ser extraídas desde la raíz para evitar que crezcan nuevamente. Remueve el suelo con un rastrillo para que quede bien ventilado.
Preparar el terreno:
Humedece el terreno antes de sembrar calabacín, así favorecerás al sistema radicular de tus calabacines. Además, Al humedecer el terreno, reduces el riesgo de expulsar las semillas como consecuencia de la fuerza del agua.
Fertiliza el suelo. Mezcla los fertilizantes a una profundidad de 5 centímetros.
Introduce las semillas en el suelo:
Para hacerlo, crea montículos pequeño de tierra y planta 2 o 3 semillas a una profundidad de entre 3 y 5 cm. Cuando hayas terminado, cúbrelas ligeramente.
Al ser una planta que requiere bastante espacio, se recomienda guardar una distancia de, al menos, 50 cm cada montículo.
Seleccionar la plántula más sana y fuerte:
Las semillas germinarán a los pocos días. Si ha germinado más de una semilla en cada agujero, conserva la más fuerte. Para hacerlo, no tires de la débil, pues puedes dañar las hojas. Una simple poda a nivel de suelo es suficiente.
Poliniza tus plantas:
Una de las particularidades de las plantas de calabacín es que un mismo individuo tiene flores masculinas y femeninas, siendo éstas mayoritarias, por lo que se necesitarán al menos dos plantas para que se pueda dar la polinización y, por tanto, la formación del fruto
Poda tus plantas:
Será necesario realizar una poda para limitar el crecimiento excesivo de la mata y favorecer la producción de frutos.
Así mismo, a lo largo del ciclo vital deberás ir retirando las hojas en malas condiciones.
Ocasionalmente deberás hacer una limpia de flores, pues estas suelen desprenderse una vez completada su función y se pudren con facilidad, lo que supone una fuente de enfermedades.
De igual forma, se recomienda hacer una limpieza de frutos regular. Esto consiste en suprimir los frutos que presenten daños por enfermedades, malformaciones o crecimiento excesivo.
Dales un mantenimiento adecuado:
También resulta necesario aporcar los tallos rastreros para que se enraícen correctamente y favorezcan así el desarrollo de los frutos. El aporcado consiste en cubrir con tierra parte del tronco de la planta para reforzar su base y favorecer el desarrollo radicular.
Utiliza mallas para proteger tus plantas de plagas y posibles depredadores, en especial conejos y ardillas. La protección es importante principalmente durante las primeras etapas. Deberás retirar la malla una vez que las plantas hayan crecido demasiado para permanecer dentro de ella.
Comprobarás que en poco tiempo la planta de calabacín está llena de flores. Esto es buena señal, y poco después verás como empiezan a salir calabacines semanalmente.
Estructura para tutores:
Prepara un enrejado o estructura para tutorar la planta. Esta es una práctica necesaria para mantener la planta erguida, favoreciendo su ventilación y el aprovechamiento de la luz. Todo ello repercutirá en la producción final, calidad del fruto y control de las enfermedades.
¿Cómo se cuida?
Cuida tu calabacín en un clima con altas temperaturas
Los factores climáticos son vitales para el buen desarrollo del cultivo del calabacín, el cual es capaz de tolerar altas temperaturas pero que, sin embargo, no soporta demasiada humedad. Si tiene mucha humedad puede provocar el debilitamiento y la podredumbre de las raíces, haciendo que la planta sea propensa a sufrir plagas y enfermedades que evitarían que se llevase a buen término el desarrollo del calabacín. El calabacín, además, tolera muy poco la luz, por eso evita siempre que la planta pueda quemarse. En este enlace puedes aprender qué plagas y enfermedades tiene el calabacín.
Abónalo en un lugar con mucha materia orgánica
El calabacín es poco exigente con el tipo de suelo y se adapta a cualquiera, aunque se desarrolla mejor en los que están bien drenados y son muy profundos. No obstante, elige un buen fertilizante para abonarlo, porque exige mucha materia orgánica.
Riégalo mucho, pero sin que se encharque la zona
El calabacín necesita mucha humedad en el suelo. Por ello, debes regarlo constantemente, por lo que es aconsejable la correcta elección de un buen sistema de riego que ayude a la planta a desarrollarse, pero sin encharcar el sustrato. De esta manera evitarás que se pudran las raíces.
Poda el calabacín en cinco pasos
Para tratar la poda en la planta de calabacín, necesitas elegir las correctas herramientas de poda antes de iniciar un proceso que se realiza en cinco pasos:
Aclareo. Si nace más de una planta de una vez, debes eliminar las más débiles dejando la más fuerte, ya que será la que tenga las raíces más vigorosas.
Destallado. En el calabacín no se realiza la poda de formación, es decir, la primera poda, por lo que simplemente se eliminan los brotes en cuanto asoman.
Deshojado. Solo se realiza si las hojas más antiguas están secas o deterioradas ya que, si es así, evitarían el paso de luz y aire al resto de la planta.
Limpieza de las flores. Solo hay que recoger las que se desprenden de la planta, pues se pudren con facilidad y se pueden convertir en un foco de plagas y enfermedades.
Limpieza de los frutos. Consiste en eliminar los frutos deteriorados por enfermedades o malformaciones.
¿Cómo se cosecha?
Si tu huerto urbano ha dado una buena acogida al calabacín, la recolección del calabacín se hará 40 días después de la siembra, y continuará de acuerdo al crecimiento de la planta, por otros 40-60 días más.
Se aconseja recolectar los calabacines todos los días o cada dos días como máximo, ya que hasta que no se corta el fruto está creciendo, y retrasa la formación de los frutos siguientes.
¿Cómo se utiliza?
- Es ideal para las personas que quieran adelgazar gracias a su alto contenido en fibra, agua y sus escasas calorías.
- Gracias a la luteína y la zeaxantina fortalece la salud de los ojos.
- Controla el colesterol debido a su contenido en fibra dietética. Además sus vitaminas A y C también disminuyen el riesgo de arteriosclerosis.
- Lucha contra el envejecimiento. Sus antioxidantes y vitaminas A y C, nos ayudan a mantener una piel sana, joven y luchar contra los radicales responsables del envejecimiento de la piel.
- Mejora la salud cerebral por su contenido en fósforo.
- Evita la retención de líquidos gracias a su elevado nivel de agua. Por ello, es un remedio eficaz para combatir la celulitis.
- Combate el acné y elimina las toxinas de la piel.
- Mejora el tránsito intestinal.
- Deshincha los ojos. Colocar una rodaja de calabacín crudo en las bolsas alrededor de los ojos es un buen remedio contra la hinchazón.
¿Qué nos aporta?
Composición | Cantidad (gr) | CDR(%) |
Kcalorías | 23.2 | 1.2% |
Carbohidratos | 2 | 0.6% |
Proteínas | 1.88 | 3.9% |
Fibra | 1.6 | 5.3% |
Grasas | 0.5 | 0.9% |
Minerales | Cantidad (mg) | CDR(%) |
Sodio | 1 | 0.1% |
Calcio | 21.51 | 1.8% |
Hierro | 0.67 | 8.4% |
Magnesio | 0 | 0% |
Fósforo | 45 | 6.4% |
Potasio | 230 | 11.5% |
Vitaminas | Cantidad (mg) | CDR(%) |
Vitamina A | 0.05 | 5.3% |
Vitamina B1 | 0.09 | 7.5% |
Vitamina B2 | 0.07 | 5.4% |
Vitamina B3 | 0.71 | 0% |
Vitamina B12 | 0 | 0% |
Vitamina C | 13.82 | 15.4% |
Poner atención a lo siguiente
- El calabacín es una verdura de sabor suave, lo que puede resultar una buena alternativa para que los niños consuman vegetales.
- La flor del calabacín es comestible y resulta muy sabrosa si se cocina con queso tierno y anchoas en el interior, por ejemplo.
- Puedes añadir el calabacín en purés, arroces y pasta, o como acompañamiento de carnes y pescados.
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