Definición
El pH es la medida de acidez o alcalinidad que indica la cantidad de iones hidrogeno presentes en una solución o sustancia (en este caso la tierra). Las siglas pH significa potencial de hidrogeniones, del latín pondus: peso y potentia: potencia. Este termino fue designado por el químico Danés Sorence al definirlo como el opuesto del logaritmo con base 10 o el logaritmo negativo de la actividad de los iones de hidrógeno.
Medidas y significado
El pH se puede medir en una solución acuosa utilizando una escala de valor numérico que mide las soluciones ácidas (mayor concentración de iones de hidrógeno) y las alcalinas (base, de menor concentración) de las sustancias.
La escala numérica que mide el pH de las sustancias comprende los número de 0 a 14. Las sustancias más ácidas se acercan al número 0, y las más alcalinas (o básicas) las que se aproximan al número 14. Sin embargo, existen sustancias neutras como el agua o la sangre, cuyo pH está entre de 7 y 7,3.
Tierras o sustratos alcalinos y ácidos según pH
El mejor pH para la mayoría de las plantas oscila entre 6,5 y 7, es decir, neutro. Algunas, llamadas acidófilas, lo prefieren inferior a 6, y otras (calcícolas), son felices con un pH superior a 7.
Suelos Alcalinos: Los suelos alcalinos son suelos arcillosos con pH elevado mayor a 9, estructura pobre y densa, baja capacidad de infiltración y una permeabilidad muy lenta. Poseen a menudo una capa delgada compacta a una profundidad de 0.5 – 1 m. Son difíciles para la agricultura a la hora de cultivar.
Las propiedades físicas desfavorables de estos suelos se deben mayormente a la presencia de carbonato de sodio, que causa la expansión de la arcilla cuando están húmedos. Su nombre lo derivan del grupo de metales alcalinos al cual pertenece el sodio, que puede originar condiciones básicas. Suelos que son básicos por otras razones no se llaman alcalinos: todos los suelos alcalinos son básicos, pero no todos los suelos básicos son alcalinos.
Suelos Ácidos: Los suelos ácidos se refieren aquellos que contienen un pH de valor inferior a 5,5 durante la mayor parte del año. Están asociados con un número de toxicidades (Aluminio) y deficiencias (Molibdeno) y otras condiciones restringentes para las plantas.
Los suelos ácidos sulfatados normalmente se dejan bajo la vegetación natural o para la silvicultura de manglares. Si se manejan bien con agua pueden soportar cultivos de palma de aceite y arroz. Otros cultivos presentes en suelos ácidos por el mundo se incluyen el arroz, la yuca, el mango, el marañón, los cítricos, la piña, los caupís, los arándanos y ciertas hierbas.
Desventajas (Alcalinos)
Los suelos alcalinos no se dejan usar fácilmente en la agricultura. A causa de la baja capacidad de infiltración el agua de lluvia se estanca en la superficie y en épocas secas el riego apenas es aplicable. Por esto, la agricultura se restringe a arrozales o al cultivo de gramíneas resistentes a excesos de agua.
Generalmente este tipo de suelos contienen altos contenidos de carbonato de calcio, lo cual genera que las plantas no absorban la mayor parte de los nutrientes del suelo.
Como consecuencia, este tipo de suelos muy alcalinos, a pesar de que contengan grandes cantidades de hierro de modo natural, o por más sulfato de hierro que le agreguemos artificialmente, las plantas siempre presentarán carencias de hierro y fósforo, ya que la sobre calcificación del suelo impide que estos sean absorbidos por las raíces de las plantas. Se forma una especie de capa de calcio que como una esponja retiene el hierro y el fósforo, y a pesar de estar presentes en el suelo, las plantas no se benefician de estos.
Ejemplos de plantas que se adaptan a pH alto y bajo:
Suelos Alcalinos:
Anemona pulsatila
Campanula
Clematis
Dianthus
Scabiosas
Sorbius aria
Syringa
Vermascums
Suelos ácidos:
Pieris
Calluna bulgaris
Camellia
Erica carnea
Exochorna
Hamamelis
Magnolias
Skimmia
Como cambiar el pH en la tierra y con que materiales
Se necesitan cantidades ingerentes de compuestos minerales para corregir un poco el valor. Solo se recomienda hacer este proceso cuando se tienen valores de pH insostenibles, muy básicos o muy ácidos, donde se dificulta el crecimiento de ciertas plantas.
Corregir la acidez del suelo:
Podemos utilizar dos elementos para realizar una corrección del pH. Por un lado estaría la cal viva y por el otro, la caliza. Según el producto se utilizan diferentes cantidades por lo que se hace de forma separada.
Corregir la alcalinidad del suelo:
Otra solución es bajar el pH mediante la acidez, para que los nutrimentos que el suelo sí tiene pero que las raíces no captan, se liberen permitiendo así, llegar a las mismas. Esto puede hacerse usando una tierra muy ácida, como la variedad Turba Rubia, pero mezclándola con la tierra del jardín a un 50%.
También se consigue mejorar la acidez con azufre en polvo. Dependiendo de la superficie a tratar, las medidas de azufre varían, no te vayas a pasar y sea peor el remedio que la enfermedad.
La última opción es bajar el pH del suelo con sulfato de hierro. Puedes aplicarlo mediante una disolución en agua o directamente en la tierra. Hay más de una variedad de este producto, la más práctica es la de color verde. Aplica el sulfato mediante el agua de riego una vez al mes, excluyendo el invierno.
Cómo medirlo
Se toma una muestra de tierra, previamente secada a unos 40ºC durante varias horas.
Esta muestra de tierra se tamiza con un tamiz de 2mm.
Coger una muestra y pesar 20g de tierra.
Preparar la tierra para su dilución.
Añadir la muestra a un vaso de precipitados con 50ml de agua destilada.
La mezcla se agita durante tres minutos.
Posteriormente, ésta se deja reposar durante 15 minutos.
Ya está lista la muestra para medir el pH en el sobrenadante.
A través de los resultados obtenidos por medio de este proceso, se llega a conocer el pH del suelo sobre el cual deseamos trabajar, especialmente si éste se requiere para conrear, plantar un huerto, u otras labores que requieran optimizar la forma en que se absorben los nutrientes.
En el estudio de la alcalinidad de los tipos de suelo, el rango habitual del pH del suelo es de 4.0 a 8.0 pH, de forma que la disponibilidad óptima de nutrientes por parte de la mayoría de cultivos es de 6.5 a 7.0 pH.
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