Origen: Su origen es del continente americano, hace mas de 700 años a.C. y se dice Cristobal Colón lo encontró en el caribe y lo expandió por toda América y después por todo el mundo
Características:
Las plantas de chile son bajas y arbustivas, las características varían mucho según la especie y variedad. Algunas son anuales y otras son producidas todo el año. Crecen de forma vertical y tienen muchos tallos delgados. Generalmente, miden alrededor de 1 metro de altura. Tienen hojas simples, ovaladas y de extremo frecuentemente puntiagudo, de un verdes oscuro o claro. Su superficie es lisa. Las flores se desarrollan solas o en grupos en cortos tallos; son pequeñas y la mayoría tiene 5 pétalos que muestran un color blanco a amarillo. Después de la floración aparecen frutos con semillas de hasta 15 centímetros de largo que se clasifican como bayas: son los chiles, ajíes o pimientos. Pueden ser alargados y puntiagudos, redondos o cilíndricos, anchos o delgados, así como de colores muy diversos que incluyen el rojo, el amarillo, el anaranjado, el verde y el púrpura.
El sabor agrio y picante de muchos chiles se debe a la capsaicina, una sustancia que está presente como una forma de defensa contra los mamíferos y otros animales herbívoros. Las aves son inmunes a ella, y gracias a esto ellas pueden propagar las semillas. Las variedades sin capsaicina son conocidas en algunos lugares como chiles dulces. La capsaicina es un irritante, pues produce ardor cuando entra en contacto con los tejidos y aumenta el flujo sanguíneo a la zona.
¿Cuándo y Cómo se planta?
La siembra puede ser en germinadoras o en macetas turbas. Lo importante aquí es que la tierra abonada debe estar previamente humedecida, y que debes colocar la zona de cultivo en un lugar cálido pues para germinar los chiles necesitan de una temperatura que alcance al menos los 80º. Incluso puedes usar una alfombra calentadora arriba y debajo de la maceta para lograr la temperatura adecuada.
La germinación demora de 2 a 5 semanas. Cuando aparecen los primeros brotes verifica que la maceta reciba suficiente luz natural pues necesitan al menos 16 horas diarias para desarrollarse en condiciones. Incluso puedes reforzar la luz con una lámpara fluorescente. Una vez que los brotes han salido es hora de trasplantar tus plantitas a tu mesa de cultivo. Si cultivas varios tipos de chiles, te recomendamos cubrir algunas de las plantas durante la floración para así mantener cada variedad alejada de la otra durante la época de polinización y evitar el cruce de especies.
¿Cómo se cuida?
El riego: Para crecer, los chiles necesitan de un suelo húmedo aunque no mojado. Es por eso que debes regar con frecuencia pero evitando el exceso ya que puede propiciar la aparición de hongos provocando la enfermedad del “mal de los semilleros”. Drena el exceso de agua para evitar que las raíces permanezcan mojadas. Durante la germinación, presta especial atención a la cantidad de agua.
La poda: En lugar de trasplantar las plantas a medida que crecen puedes optar por entresacar las hojas a medida que crecen.
Plagas y enfermedades: Al cultivar chiles, éstos pueden contraer diferentes parásitos como es el caso de: arañas y pulgones.
Por otra parte, el mal de los semilleros es una enfermedad producida por un hongo que ataca el tallo de la planta marchitándolo. Así es como la planta de semillero se dobla y muere.
¿Cómo se cosecha?
Se realiza cuando los frutos adquieren el color, tamaño y forma característica de la variedad, generalmente sucede a los 60 dias después del trasplante. Se hace de manera manual ayudándose de unas tijeras para facilitar el corte utilizando dos contenedores uno para los frutos grandes y otro para los de menor tamaño, finalmente se colocan en cajas con aproximadamente 15 kg.
Dependiendo el manejo de cuidados y nutrimentos que se le proporcionen en durante el trascurso de los días su maduración puede durar más o menos días.
¿Cómo se consume?
Se puede consumir de forma gastronómica en salsas, guisos, dulces, postres y hasta en bebidas como el chocolate caliente. De forma medicinal ayuda en el control de enfermedades infecciosas debido a su gran contenido de vitamina C y vitamina A.
Aportación nutrimental:
El chile es una fuente alimenticia de Vitaminas A, C, B6, Potasio, Magnesio, Fibra y Capsaicina, que ayudan a la absorción del hierro vegetal.
Se le atribuyen cualidades saludables: desde ayudar a quemar grasas y adelgazar o combatir los cánceres de próstata y páncreas, hasta disminuir el riesgo de diabetes, además la capsaicina es un poderoso antioxidante, tiene propiedades antiinflamatorias y analgésicas.
Regula la circulación de la sangre, fortalece el corazón, las arterias y los nervios. El chile ha demostrado en pruebas científicas que cuenta con la capacidad de bajar los niveles de colesterol y que es un excelente anticoagulante por lo que previene la formación de coágulos, reduciendo el riesgo de ataque cardiaco.
Prestar atención a lo siguiente:
Además de ser un condimento extraordinario, es también, un alimento de gran valor nutritivo. Es rico en vitaminas: el vegetal con mayor concentración de ácido ascórbico que se conoce.
Comer chile tiene sus beneficios. Se ha comprobado que favorece la digestión de las proteínas del maíz y del frijol, por algo era básico en la alimentación de nuestros ancestros.
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